Generalmente, la piel de la persona afectada por LESCAH se vuelve frágil debido al exceso de humedad y / o a la irritación química producida por la acción de la orina, heces o exudados, así como por la irritación física que se podría derivar de la fricción reiterada ejercida durante las actividades de higiene, aseo o movilizaciones del paciente. Esta alteración de la barrera protectora de la piel la hace más vulnerable, aumentando la probabilidad de que se deteriore; se caracteriza pues, por la instauración de un proceso inflamatorio (dermatitis), con alcalinización cutánea, alteración de la capa dermolipídica, y consecuente deterioro de la integridad cutánea y tisular provocada por la fricción de fuerzas externas asociadas a una excesiva exposición de la piel a la humedad.
Los principales procesos fisiopatológicos y manifestaciones clínicas implicadas en las LESCAH son: